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martes, 26 de abril de 2011

HOMBRE DE CONCIENCIA (lo leí de A. Hurtado)

Cada cual practicará su profesión

Con absoluta corrección para con todos.

El abogado defendiendo el derecho y evitando tinterilladas
que pueden estar de acuerdo con la letra
pero no con el espíritu de la ley

El ingeniero recordará
que los hombres son de naturaleza muy
distinta
que las máquinas,
que tienen derecho a consideraciones
debidas a la dignidad de su persona,
y no escatimará sacrificios
para pagarles un salario justo
mientras pude soportarlo la empresa.

El agricultor reconoce
que los hombres son inmensamente más
valiosos que los más finos animales
y que las consideraciones
que merece un ser humano
son de orden muy distinto
a las que podría dar a los otros seres
de la creación material.

El hombre es nuestro hermano.

No soporta,
por tanto,
que mientras las cosechas
se guardan en pisos de cemento
y muros de concreto,
y los caballos de carrera
tienen abrigo para el invierno
y un cuidador
que les prepara la cama y la comida,
los pobres, a causa de un salario injusto
y de falta de caridad social,
vivan en chozas con suelo de tierra
y techo de totora
y en la práctica sean tenidos en menos estima
que los animales que se presenta a la
Exposición

El empleado

no ocupará las horas de trabajo
en actividades de lucro personal.
El contratista no hará a la carrera
los trabajos con materiales de segunda
y a veces dejando deliberadamente
mal terminada la obra
para ser nuevamente llamado.

El prestamista
no exigirá intereses usurarios.

El corredor de comercio
no traspasará a su cliente
los papeles inseguros,
ni hace juegos turbios en la Bolsa
aprovechando noticias
maliciosamente esparcidas
o abusando de informes confidenciales.
¡Acaparamientos, productos falsificados,
vino bautizado,
leche aguada,
abonos mezclados con tierra,
fardos de cáñamo con piedras en el interior,
ampolletas quemadas en cajas nuevas...
tantas y tantas formas de fraude social!

En el trato con las personas modestas
el jefe no sospechará de sus intenciones,
velará por sus intereses
como por los propios,
será agradecido a sus servicios
recordando que todo el oro del mundo
vale menos que un acto humano
y que en este sentido el patrón
queda siempre deudor a sus obreros.

Los patrones con frecuencia
se quejan de sus obreros
y lamentan que tengan tan poca conciencia.

Los obreros echan de menos
el espíritu de justicia y de caridad
por parte de los patrones.

Cada clase social lamenta
esta falta de conciencia
en la clase que completa la propia.

Mientras esa conciencia se generaliza,
yo, obrero o patrón,
haré un firme propósito:

¡Yo al menos seré hombre de conciencia!

jueves, 14 de abril de 2011

Resultados Prueba Inicia resultan una vergüenza .

Jóvenes docentes y sus familias ponen su confianza en instituciones de educación superior que terminan defraudándolos.

¿De quién es la culpa?

Por de pronto, creo que es suficiente el desprestigio al que están sometidos los docentes .
No debemos olvidar que una alta autoestima es fundamental para alcanzar un buen desempeño profesional

lunes, 4 de abril de 2011

Evaluación y ética (utopía)

La evaluación de desempeño tiene valor formativo para todos los implicados en las acciones evaluadoras, por lo tanto es imprescindible el conocimiento, análisis y debate conjunto de las evidencias que afloren durante el proceso de evaluación.

Ahora bien, aquí estamos en presencia de un dilema de carácter ético difícil de resolver, por un lado, el derecho de los docentes a su privacidad y, por otro, el derecho público a saber, o sea, el problema está en cómo compaginar la preservación de la privacidad del docente y la conveniencia de que los demás estamentos de la comunidad escolar sean informados sobre algo que les atañe tan directamente como es el la calidad del proceso educativo del que son parte esencial, no sólo como un derecho legítimo, sino, y sobre todo, como la única posibilidad de poder participar racionalmente en el análisis conjunto del proceso de enseñanza aprendizaje que tiene lugar en la escuela.

En mi opinión, la salida a tal dilema no está en optar por una posición extrema, sino en reconocer el proceso de de enseñanza aprendizaje como responsabilidad común de profesores , estudiantes , padres y apoderados , más que relaciones jerárquicas y transmisoras - receptoras del quehacer educativo, comunidades de educativas verdaderamente participativas. Desde esta óptica, la privacidad como mezcla de lo personal y lo profesional deja de tener sentido situándose el análisis de toda acción evaluadora en el ámbito público de la escuela, donde las responsabilidades y actuaciones son, inevitablemente, cooparticipadas y de dominio público.


El evaluador debe evitar confundir coordinación y seguimiento con fiscalización o control de personas. Ha de quedar claro que el control es de objetivos y tareas, nunca de personas.

El tipo de control que se establezca ha de fomentar el autocontrol individual y grupal. Esta perspectiva hará imprescindible una buena relación interpersonal, en la que la persona perciba que se le ofrece una orientación adecuada y oportuna para llevar a término su tarea.



Para ello se deben dar las siguientes condiciones:

  1. La positiva intención de ayudar realmente al evaluado en su propia actividad con la prestación de recursos y medios.

  2. Toda persona sometida a un control debe tener la misma imagen que su jefe respecto al objetivo en función del cual va a ser controlado. De lo contrario jamás se llegará a acuerdo entre ambos.

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